Para recibir la gama, la planta de Curitiba absorbió avances en los procesos productivos basados en la digitalización, según informa auto Industria.
Los modelos de la nueva serie F de Volvo comenzaron a producirse en la planta de Curitiba (PR). Con ello, la operación también pone en marcha avances en los procesos productivos para soportar el incremento de configuraciones disponibles que permite la nueva gama.
Dadas las mejoras recibidas, los nuevos camiones FH, FM y FMX son considerados por la empresa como uno de sus mayores lanzamientos globales. En la operación brasileña, también responsable de las exportaciones a países de América Latina, la empresa invirtió R $ 1 mil millones.
Por lo tanto, la nueva línea también se construye en un entorno rediseñado. Los avances en los conceptos de Industria 4.0 han traído más eficiencia y control sobre los procesos de producción de motores y transmisiones, cabinas y ensamblaje de vehículos. Además, todas las fábricas están integradas digitalmente para una secuenciación correcta y visibilidad en las distintas etapas de fabricación.
“En Curitiba, combinamos la fabricación de vehículos en una sola unidad, lo que aporta ganancias en procesos y calidad. Toda la planta estaba preparada para anticipar una vez más las tendencias en el segmento de vehículos de transporte de carga ”, destaca Cyro Martins, vicepresidente de fabricación de Volvo.
Los procesos automatizados, como el uso de vehículos autoguiados, las simulaciones virtuales y el uso de drones para controlar el inventario de existencias, ya formaban parte de la rutina de las actividades. Sin embargo, con la llegada de nuevos camiones, la unidad necesitaba refuerzo. Eso es porque la nueva serie ofrece más de dos mil posibilidades de configuración, un rompecabezas gigantesco que solo un sistema de datos robusto permite sincronizar procesos.
En el montaje, se sustituyeron los aprietatuercas neumáticos por electrónicos, lo que asegura mayor precisión en el torque en el juego de tornillos, que puede llegar hasta los cuatro mil, además de promover mejoras en las condiciones de trabajo de los operarios.
También entraron en acción nuevos robots que ahora participan en el montaje del cuadro de instrumentos. El equipo controla el volumen exacto de aplicación de sellador y las cámaras inspeccionan instantáneamente el resultado. Si se detecta alguna falla, el robot notifica al operador y la línea se detiene hasta que se resuelve el problema.