El primer automóvil de fabricación sueca con motor de combustión.
El vehículo fue diseñado en Vagnfabriks Aktiebolaget, Södertälje, pero fue producido en Surahammar. El carro de motor se usó hasta junio de 1898, pero fue desechado en la primavera de 1899. La producción prevista de la serie nunca se materializó porque el motor no cumplió con las altas exigencias puestas en él.
El precio de la época era de 3.000 coronas suecas (unos 300 euros actualmente). A pesar de su semejanza con un carro de caballo, el vehículo fue de hecho construido con un marco de acero equipado con un cuerpo de madera.
El motor en V, de 4 cilindros poseía una cámara de combustión externa común. Los pistones eran de doble efecto, donde la parte inferior actuaba como un compresor y la parte superior era la sección de trabajo. La combustión era continua. No se necesitaba caja de cambios. La transmisión de potencia se realizaba a través de un sistema de engranajes y el embrague constaba de un resorte helicoidal bloqueable.
Reseña histórica:
Llegando al centenario de Scania en 1991, la firma decidió reconstruir el vehículo de Gustav Ericsson. Un consultor se puso en contacto con uno de los mejores conocedores de automóviles de Suecia, Hans Thornebäck, que después de un período de investigación minuciosa, construyeron la réplica que hoy se exhibe en el salón Marcus Wallenberg, en la Fábrica de Scania.