En el Paraguay estamos transitando un tiempo conocido como “año político” por la dinámica que se genera en los cuadros partidarios y movimientos ciudadanos para preseleccionar los candidatos que el próximo año deberán competir para la renovación del Poder Ejecutivo y Legislativo, respectivamente.
Este particular año electoral suele llegar con un retroceso en los avances de muchos proyectos de desarrollo, entre ellos y principalmente, las obras públicas. Esto, a su vez, significa un enorme retroceso de inversiones que repercute directamente en la actividad laboral. Y así, una cadena de impactos negativos que al final representa un salto para atrás de la economía nacional.
Este es un problema, grave y real, que no solamente genera una preocupación al interior de las empresas constructoras sino en los organismos nacionales e internacionales que monitorean el avance o retroceso del empleo en el Paraguay.
Esta situación preocupante se refleja en un reciente documento de la Cámara Vial Paraguaya (Cavialpa) y de la Secretaría Técnica de Planificación para el Desarrollo Social y Económico.
El riesgo que se alerta en el comunicado documento de Cavialpa da cuenta del peligro de una escalada de desocupación y su consecuencia inmediata en un deterioro social.
Entonces, estamos ante un escenario que requiere de un esfuerzo de nuestros líderes políticos para mirar más allá del “año político” y asumir un compromiso con la verdadera política de estado que se sobrepone a los intereses sectoriales.
Es imperioso que el Gobierno Nacional, que ya viene realizando una gestión destacable en el área de las obras públicas, no baje la guardia y realice un esfuerzo más para que los proyectos continúen y se generen nuevas propuestas para que las inversiones no paren y las obras sigan sosteniendo la economía, como lo fue durante estos duros años de pandemia.
Las obras públicas tuvieron en los últimos 10 años un aumento importante que ya está dando trabajo a casi el 10 por ciento de la Población Económicamente Activa (PEA); es decir, más de 300 mil cabezas de familias que dependen sus ingresos de las inversiones públicas. Eso, sin contar, la cascada que generan las obras en la economía como el comercio, la educación, la salud, la industria y, naturalmente, la logística.
Por eso, desde Máquinas y Construcciones, Amigo Camionero y Paraguay Film estamos haciendo este llamado al Gobierno Nacional, a todos los políticos, para que no paren las obras porque son y seguirán siendo por muchos años el motor que genera la mayor cantidad de trabajo y mueve la economía paraguaya.