Inaugurada por Enrique Mosconi

Cumple 90 años la mayor refinería de la Argentina

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El 23 de diciembre de 2015, se celebra un nuevo aniversario de la inauguración y puesta en funcionamiento de la Refinería de La Plata – Argentina, la cual vio pasar varias generaciones de trabajadores que dejaron su huella personal para la producción de naftas y otros derivados del petróleo que aportaron energía a la región, la provincia y al país.

La historia cuenta que las obras para la construcción de la “Destilería”´ se iniciaron el 14 de enero de 1925, con la participación de más de 1700 operarios y 30 técnicos. Sin embargo, la inauguración oficial se realizó el 23 de diciembre de ese mismo año, en un acto que contó con la participación del entonces Director General de YPF, Ingeniero Enrique Mosconi, el Presidente de la Nación, Marcelo Torcuato de Alvear y el gobernador bonaerense, José Luis Cantilo.

Para los funcionarios y representantes de diferentes sectores de la comunidad productiva de aquella época, la inauguración de la Destilería marcó el comienzo de un nuevo ciclo en la industria petrolera. En este sentido, vale recordar algunos conceptos del Ingeniero Mosconi y su mirada sobre el funcionamiento inicial de la Refinería. Para él ex presidente de YPF, con la Destilería “se verá cumplido y satisfecho el propósito de generar -para el Estado- la riqueza petrolera contenida en el subsuelo argentino y proporcionar máximos beneficios al pueblo”.

Las primeras plantas que se pusieron en funcionamiento fueron la Unidad de Destilación Primaria, que comenzó a enviar fuel oil a los tanques de almacenamiento, la Usina de producción de vapor y la Casa de Bombas. Y poco tiempo después, inició su actividad la Planta de Refinación de Kerosene. Probablemente, a la distancia, no se logre ponderar con exactitud la importancia de la Refinería, pero lo cierto fue que su creación tuvo un correlato fundamental en el importante crecimiento del uso del automóvil en el país y en el mundo.

El largo recorrido del complejo industrial prosiguió a comienzos de los años 30, ocasión en la cual los productos de YPF (nafta, kerosene y fuel oil, entre otros) comenzaron a competir en igualdad de condiciones con los importados, situación que generó confianza entre los consumidores del mercado local e internacional.

A fines de 1932, se consolidó otro importante logro: la construcción de la Planta de Lubricantes, con unidades de Destilación al vacío y al vapor, Desnaftado, Desparafinación y Purificación.

Los avances tecnológicos registrados permitieron el ingreso de YPF al mercado de los aceites lubricantes. De esta manera y gracias a la incorporación de un producto de calidad, los autos ampliaron de 1000 a 2500 kilómetros la distancia que podían efectuar antes de realizar cambiar el aceite. En tanto, en 1937 comenzó a funcionar una Unidad Combinada, compuesta por las plantas de Topping, Cracking y Polimerización. Por entonces, el procesamiento anual alcanzó el 1.400.000 m3 de petróleo y 380.000 m3 de producción de naftas. Ya eran evidentes los síntomas de crecimiento productivo.

Adicionalmente, ese año y al intensificarse los trabajos viales en todo el país, se generó una mayor demanda de asfaltos sólidos a YPF, por lo cual se resolvió ampliar la planta destinada a tal fin y adquirir maquinaria y tecnología para dar respuestas a las necesidades de la época.

Quince años después de su inauguración, la realidad exhibía evidentes señales positivas: de 2000 toneladas de crudo procesadas por día en 1925 se pasó a 5000, y de sólo cuatro productos que se elaboraban al comienzo (nafta, kerosene, aero-nafta y fuel oil) se llegó a 170 (incluyendo disolventes, lubricantes líquidos, parafinas y asfaltos, entre otros).No sólo se observaron mejoras en la cantidad de productos, sino que –además- aumentó del 7,6 al 27,5 el porcentaje de nafta extraído del petróleo.

Las cifras de la primera etapa demostraron claramente un importante incremento en la producción, debido a la incorporación de varias unidades de cracking de gas oil. Sin embargo, los datos se valoran mucho más al señalar que por el número de octanos- se produjo un salto de calidad en la elaboración de las naftas.

En sólo 15 años, la Destilería comenzaba a transformarse en uno de los pilares productivos más importantes de la región y, poco a poco aumentaría su relevancia para el desarrollo del país.

A mediados de los años 40, el mundo permanecía golpeado y a veces silencioso- ante la tragedia intrínseca y propia de cualquier conflicto bélico. Más allá de los muertos, el odio y la destrucción, la II Guerra Mundial generó dificultades para la obtención de materiales para avanzar en la construcción de la Refinería.

De todas formas, esa situación no impidió algunos avances importantes. Uno de ellos se produjo en 1943 con el inicio del gasoducto La Plata-Buenos Aires, obra que se habilitó dos años más tarde. La novedad de ese ducto de 60 kilómetros de extensión fue que se construyó con mayoría de materiales y elementos fabricados en el país.

Pese al contexto internacional de los años 50, las destilerías de la compañía podían seguir creciendo. Las plantas de La Plata, San Lorenzo, Luján de Cuyo, Plaza Huincul y Campana alcanzaron un volumen importante de producción de casi tres millones de metros cúbicos.

Otro salto en la producción de moto-naftas se produjo en 1947, a partir sobre todo de la puesta en marcha de la Unidad de Destilación Primaria III, con lo cual la Destilería elevó su capacidad de procesamiento a 7800 m3 por día. En marzo de 1950 entró en operación la Unidad de Topping IV y un año más tarde la nueva Planta de Destilación Primaria.

La Destilería tuvo un nuevo e impactante impulso en el bienio 1954/55 con la Planta de Despacho de Subproductos, los Topping A y B, Polimerización Catalítica, Cracking térmico, Fraccionamiento de Nafta, Cracking Catalítico y Alkilación.

Para los historiadores de la zona y viejos empleados de YPF, la puesta en marcha de estas instalaciones representó, para el colectivo de trabajadores, el inicio de la nueva Destilería.

Las obras de ampliación y modernización tecnológica generaron notables aumentos en la capacidad de elaboración de moto-naftas y Aero-naftas de gran valor octánico. Además, se logró ampliar la producción de Supergas, a más de 10 mil metros cúbicos diarios. El año 1955 fue crucial ya que se incorporó la Planta de Cracking Catalítico, lo cual permitió lograr un combustible de gran calidad destinado al mercado de la aviación y abastecer con ese tipo de nafta a todo el país y Uruguay. Dos años más tarde, la Refinería alcanzaba los 17 mil m3 diarios, se erigía como la segunda en importancia en América del Sur y una de las más grandes del mundo.

El ritmo de crecimiento continuaba sin pausas. En 1960 se terminó la construcción de la Planta de Despacho de Petróleo y comenzó a operar la nueva Unidad de Topping IV, que procesaba 3000 m3 por día de petróleo crudo, lo cual implicó un aumento del 20 por ciento en la capacidad de elaboración.

La Refinería superaba en 1964 los 20 mil m3 de producción diaria y se llegó a una capacidad de almacenamiento en tanques de petróleo y subproductos de 1.100.000 m3.

Por aquella época, se había trazado un importante objetivo: atender la creciente demanda del mercado interno a través de un reordenamiento del proceso de producción, que incluyera desde la extracción hasta la elaboración de distintos subproductos derivados del crudo.Ello incluía la construcción o ampliación de las obras de Vacío, Cracking Catalítico, Prefraccionamiento y Reforming, Hidrogenación, Remodelación y Alquilación, entre otras.

A fines de la década del 60, el Polo Industrial se expandió con la radicación de la Propulsora Siderúrgica y, luego se produjo otro hecho significativo: se formó la Petroquímica General Mosconi, una sociedad integrada entre YPF y Fabricaciones Militares. En 1972, la Destilería era la mayor y más moderna del país, pues transformaba más de la mitad del petróleo que procesaba YPF en combustibles, lubricantes y asfaltos. Poseía una capacidad de 30.500 m3 diarios y contaba con más de veinte unidades de elaboración y terminación de productos.

Como corolario de ésta época, se iniciaba por aquellos años la construcción del oleoducto Puerto Rosales-La Plata, una obra de 585 km de longitud que permitiría prescindir de bodegas de barcos para costosos depósitos del crudo, lo cual implicaba mejorar y generar mayor eficiencia en la economía y lograr mayor seguridad en el aprovisionamiento.

En 1973 comenzó la construcción del Complejo de Dodecilbeceno (DDB), lo cual marcó la incursión de la Destilería en el área de procesos petroquímicos. Al poco tiempo concluyó la construcción de la Planta de Topping D (gemela a Topping C), equipada para procesar 12.000 m3 de crudo por día.

La compañía en general, y la Destilería, en particular, continuaban con un proceso de crecimiento en la producción y la distribución de productos derivados del petróleo que apuntalaba el abastecimiento del país y de otras naciones del continente.

Al cumplir 50 años de su creación, el 23 de diciembre de 1975, la Destilería procesaba diariamente más de 35.000 m3 de petróleo, con los cual se constituyó en un actor fundamental y de gravitación socio-económica para la región. En el momento en que Argentina organizaba el Mundial de fútbol, YPF ampliaba sus instalaciones con el Complejo Alquilbenceno-CUmeno.

Por esos años, la Refinería de La Plata procesaba el 52 por ciento del total del crudo de la compañía y producía el 40 por ciento del combustible que se consumía en el país.

Con el objetivo de aprovechar aún más el petróleo crudo, a fines de los ’80 se inició el proyecto para la construcción de una nueva Planta de Coque que permitiría un aumento en la capacidad de procesamiento en 3600 metros cúbicos diarios. El crecimiento se prolongó de manera cíclica- hasta los ‘90, época en la cual se inicia un proceso de reestructuración que modificó su conformación empresaria.

Por entonces, comenzaba la etapa más polémica de la historia de la compañía, situación que afectó a miles de trabajadores de todo el país, incluída obviamente toda la región de La Plata, Berisso y Ensenada. Privatización, reestructuración, ingreso de socios extranjeros y locales, y finalmente en 2012, la conclusión del proceso a partir de la recuperación de la compañía por parte del Estado.

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