Los primeros camiones grúas de los años 20 y 30
La historia del automóvil en Estados Unidos pasa indefectiblemente por sus museos, donde es posible encontrar piezas únicas, como en el “Towing and Recovery Hall of Fame and Museum” de Chattanooga, Tennesee.
El automóvil significó una auténtica revolución a principios del siglo pasado, a medida que sus ruidosos motores lograban que los maltrechos caminos fuesen recorridos mucho más velozmente.
Chrysler
de 1929
Hasta su aparición y la del motor de explosión que lo impulsaba, si uno quería ir de una población a otra dependía o bien de las líneas de ferrocarril a vapor o bien, cuando no las había a mano directamente de la tracción animal o los propios pies. Así las cosas, en un país tan extenso como los Estados Unidos el automóvil se convertía hace 90 años en el único medio más o menos veloz y fiable de poder recorrerlo. Pero claro, a veces sucedía que aquellas máquinas, no demasiado fiables, por muchas vueltas que se le diera a la manivela se negaban a ponerse en marcha. Y claro, si uno no era capaz de solucionar la avería y no había un mecánico a mano…Pronto se empezó a escuchar aquello de:” ¿Hay una grúa por aquí?”
Desde luego el medio de remolcar una de aquellas nuevas máquinas llamadas automóvilesparecía ser otro automóvil y pronto se vio claro que lo mejor era disponer de vehículos especializados. Habían nacido las primeras grúas y, como que todavía no existían camiones propiamente dichos, lo suyo era buscar alguno de los modelos más resistentes y potentes fabricados hasta la fecha para transformarlos.
Vestigio de 1913
En el “Towing and Recovery Hall of Fame and Museum” de Chattanooga, Tennesee, guardan como un tesoro una grúa de rescate en carretera Locomobile del año 1913. Cuando ahora admiramos esa grúa, parece curioso haber transformado así una limusina, pero claro sus propietarios no fueron capaces de encontrar un vehículo más poderoso en 1919, año en el que le cortaron la carrocería y añadieron la grúa marca Holmes de 4 toneladas de capacidad. No resulta extraño que optasen por un Locomobile, pues esta marca neoyorquina fundada en 1899 era de lo mejorcito de la época. Su nombre provenía de la fallida idea de unir locomotoras a vapor y automóviles, algo que para 1901 ya empezaba a quedar claro que no era el camino a seguir, debido a la incapacidad de un automóvil a vapor para cargar agua y carbón para poco más 20 millas de autonomía. Parecía que el motor de explosión alimentado por gasolina era la gran solución y si hacía falta potencia no había más que fabricar grandes motores añadiéndoles los cilindros que hicieran falta. Los Locomobile pronto ganarían fama gracias a su potencia y a vencer en carreras tan exigentes como el rally Los Ángeles Phoenix de 1913. Existían modelos de hasta 90 CV. de potencia, no estaba nada mal, aunque el consumo debía estar acorde con los 17 litros de cilindrada de su motor. Así las cosas esta grúa transformada en 1919 costó una auténtica fortuna para su época…Sólo el auto se comercializaba por cerca de 4.500 dólares, el equivalente a unos 100.000 de hoy en día.
Creación artesanal
Durante décadas todavía sería difícil distinguir un camión de un automóvil cualquiera. La tecnología y la economía no daban para mucho más y quien podía adquirir un automóvil si lo quería dedicar altransporte simplemente modificaba la parte trasera de la carrocería para albergar una carrocería. Así las cosas incluso el venerable Ford T, del cual se produjeron millones al ser el primer modelo en el mundo fabricado en línea de montaje, pudo ser visto trabajando como grúa de rescate. Las grúas de rescate en carretera, bueno o en simples caminos de tierra que por aquel entonces eran lo más habitual, contaban con cabrestantes, poleas y brazos que permitían rescatar a quien había llevado su auto a un lugar demasiado complicado para volver por sí mismo. Aunque el esfuerzo humano era necesario para accionar las poleas. Sólo unos privilegiados empezaron a contar años después con los primeros cabrestantes accionados por el propio motor del vehículo grúa. Pese a eso lo cierto es que las primeras grúas contaban ya con una apreciable capacidad para sacar del apuro a los primeros automovilistas y camioneros.
Chrysler de 1929
Eso sí, se trataba de auténticos vehículos de artesanía, como demuestra otra de las joyas del mismo museo. Se trata de un Chrysler de 1929, al cual se le cortó la carrocería, creando así una especie de pick up y añadiéndole una grúa del fabricante Beaver. La modificación se completó mediante la adición de un eje trasero y diferencial proveniente de un camión marca Fargo. Más sorprendente que esta habilidosa transformación realizada por el concesionario Chrysler-Plymouth, Hartigan Brothers, de Oak Park en Illinois resulta que el camioncito en cuestión estuviese trabajando desde 1930 hasta 1971. Suponemos, que en cualquier caso la prisa no sería mucha entre los usuarios del servicio de rescate en carretera. Aunque desde luego queda claro que ya no se hacen grúas como las de antes.