Todos los trabajos implican riesgos, ya sea en la oficina, taller, fábrica, distribuidora, y muy especialmente, los conductores de camiones. Este oficio implica severos riesgos y a los cuales se les presta poca atención: visión, postura, cansancio, concentración, inseguridad, mala alimentación, etc.
Si se hace una pequeña encuesta entre un grupo de camioneros, encontraremos resultados tan variados como desde dolor de cuello y espalda, adormecimiento de las extremidades, cataratas, estreñimiento, tensión alta, diabetes y hemorroides, por nombrar algunas. Todas estas manifestaciones tienen un origen y en la mayoría de los casos, no se les da la importancia que ellas tienen.
El trabajo del camionero es exigente y más en nuestro país: los horarios son irregulares e inesperados, pues muchas veces dependen de turnos para carga y descarga; complicaciones en el tráfico, pocas opciones para un buen descanso y una comida saludable; servicios sanitarios públicos deficientes, cigarrillo, calor excesivo, problemas respiratorios, vibraciones del motor, largos períodos en una misma posición, además de las presiones a las cuales está sometido.
Todos y cada uno de estos factores pueden afectar la salud y desencadenar en enfermedades y/o en accidentes, muchos de los cuales tienen su originen en la falta de sueño y el cansancio.
Lamentablemente, muchos de nuestros conductores no cuentan con un seguro de salud y/o accidentes. Muchos de los afectados deben afrontar sus costos por visitas al médico y tratamientos. No obstante, seguramente hay un porcentaje que se automedica sin saber los resultados que puede derivar de esta decisión.
Para el camionero responsable, cumplir con sus obligaciones es más importante que atender su salud, pero al actuar así, pone en riesgo su vida, el camión, la carga y posiblemente, usuarios en las vías.
La salud es importante y no debe descuidarse.