Huelga en construcción paraliza nuevamente ampliación
Las obras de ampliación del Canal de Panamá, que acumulan más de un año de retraso, se vieron afectadas por una huelga nacional de obreros.
Paro no tiene que ver con el canal, sino por “corrupción en la justicia” y posible aumento en edad de jubilación. “La huelga está siendo exitosa en todo el país. Arriba del 90% de las obras están paralizadas, entre ellas la ampliación del Canal de Panamá”, dijo Saúl Méndez, secretario general del Sindicato Único Nacional de Trabajadores de la Construcción y Similares (Suntracs).
Este sindicato, el mayor del país, convocó a una huelga general en protesta por “la corrupción en la Justicia” y contra un posible aumento en la edad de jubilación.
Suntracs ha realizado diferentes manifestaciones en los últimos meses en demanda de un pliego de peticiones al gobierno panameño que, según los sindicalistas, no ha sido atendido.
Aunque la ampliación del Canal no es el tema principal de la huelga, los trabajos han quedado detenidos en momentos donde el consorcio encargado del proyecto apura las pruebas para inaugurar la nueva vía en abril de 2016.
El canal de Panamá se encuentra desde 2007 en fase de ampliación para que buques de hasta 14.000 contenedores el triple de carga de su capacidad actual puedan atravesar la vía de 80 kilómetros.
Las obras debían estar terminadas en octubre de 2014, pero se atrasó por disputas entre el consorcio que realiza los trabajos y la Autoridad del Canal de Panamá (ACP) y diversas huelgas de trabajadores en demanda de mejores condiciones laborales.
El costo final del proyecto, estimado en US$5.250 millones, también es una incógnita debido a los reclamos por más de US$3.000 millones del consorcio Grupo Unidos por el Canal (GUPC), el principal contratista del proyecto.
Esta semana GUPC y ACP evaluarán la posibilidad de retrasar nuevamente la inauguración de la nueva ruta, tras la aparición en agosto de unas fisuras en un muro de las nuevas esclusas.
Un 5% del comercio marítimo mundial pasa por el Canal de Panamá, cuyos principales usuarios son Estados Unidos, China y Chile.