Scania Complet P310 GNC 6×2

Distribución a gas según Scania

Tenemos que acostumbrarnos a dejar de llamar alternativos a combustibles como el GNC, Gas Natural Comprimido, que en algunas aplicaciones como la distribución y los servicios municipales son opciones muy prácticas a tener totalmente en cuenta y con aspectos económicos y medioambientales ventajosos frente al diesel convencional.

Gracias a la colaboración de Scania hemos podido realizar un recorrido matinal por las zonas industriales adyacentes a Madrid al volante de un camión frigórífico tres ejes de la serie Complet de Scania, pero con la importante salvedad que estamos hablando de un camión que equipa el motor alimentado a gas natural, GNC, es decir Gas natural comprimido, de 305 CV de potencia máxima en versión EEV, el más potente de los que ofrece la marca sueca alimentado por gas.

Simplemente observando atentamente las características técnicas del camión Scania Complet Serie P a gas puesto a nuestra disposición ya podemos hacernos una idea del ámbito de uso donde este camión será capaz de trabajar eficazmente. Estamos hablando de un camión con 305 CV de potencia, disponibles a 1.900 rpm y acompañados por un par motor máximo de 1.250 Nm desde las 1.000 rpm hasta las 1.400 rpm. Simplemente comparando las prestaciones que este motor a gas de 9,3 litros y cinco cilindros nos ofrece frente a su homólogo Scania Diesel de 9,3 litros y en ambos casos cumpliendo normativa EEV, ya vemos que el diesel rinde más CV, alcanza los 320 CV, mientras que donde es claramente superior es en el par motor máximo que es capaz de ofrecer: 1.600 Nm.

Scania no ofrece motores a gas más que a partir del pequeño de sus bloques, el cinco cilindros que monta en los Serie P, de modo que dichos 305 CV son por el momento el techo de potencia si buscamos un camión a gas de la marca. Esta cifra no está mal para manejar un tres ejes de 26 toneladas de peso total, como es el caso, además en ruta urbana y suburbial sin excesivas complicaciones topográficas. Sin embargo donde encontraremos los únicos límites para trabajar con camiones a gas es en el par motor, dado que respecto al motor diesel más parecido perdemos 350 Nm de fuerza.

La solución a dicha pérdida de par motor, es decir de la fuerza que los pistones del motor son capaces para hacer girar el cigüeñal y por tanto transmitir movimiento a la transmisión hasta las ruedas, la encontramos a modo de convertidor de par. Vamos, una caja de cambios automática, en este caso procedente del especialista norteamericano Allison con seis relaciones más marcha atrás. Si montamos un motor a gas como este, funciona los automóviles de gasolina, la caja automática Allison se convierte en un complemento obligado. Esto es así porque el convertidor de par, un variador de par hidráulico que no interrumpe la transmisión de potencia cuando cambianos de una marcha a otra, logra suplir en gran parte la menor potencia de par que nos ofrecen estos motores. A grandes rasgos, en cuanto damos el contacto, colocamos la palanca en posición D y arrancamos notaremos la extraña sensación de conducir un vehículo pesado, pero cuyo motor responde de modo similar a uno de gasolina. Es decir, tenemos menos retención, mucho menos sonido y unas prestaciones, por decirlo de un modo familiar, más picudas. Es decir, que hay que apretar el acelerador hasta la zona alta del rpm para obtener prestaciones que en un diesel obtenemos a mitad del cuadro del rpm.

Sin embargo, ese estilo de conducción gas a fondo, que puede aumentar colocando el pulsador del cambio en modo Power, no implica que gastemos en exceso y contaminemos. No, puesto que el GNC es por un lado un combustible barato y por el otro limpio. Por nuestro escape apenas sale vapor de agua y en cuanto a desperdiciar combustible, un camión como este tres ejes que salga cargado a 26 toneladas y llegue a la mitad del recorrido para haber entregado toda la mercancía y luego vuelva vacío hasta el almacén puede completar una ruta de 300 kilómetros y para ello habrá gastado unos 75 kilogramos de gas y eso implica pagar poco más de 75 euros al precio actual del GNC. Esos 300 kilómetros son la autonomía de este camión equipado con 8 depósitos, de materail composite que ahorra peso en vacío, de 80 litros cada uno lo cual permite cargar 640 litros de gas comprimido. Si necesitásemos mayor autonomía el GNC no es la mejor opción, sinó también a gas deberíamos equipar un sistema de GNL. Es decir Gas Natural pero licuado. Así ocupa menor espacio y con un depósito aislado para conservar el gas en estado líquido a -163 ºC, de 710 litros podríamos obtener en este mismo tres ejes una autonomía superior a los 1.000 kilómetros.

Sí, por ello hablamos del GNC como una estupenda alternativa para usos como el de la distribución y los servicios municipales, donde 300 kilómetros de autonomía pueden resultar suficientes. No sólo contaminamos mucho menos, sinó que además nos gastaremos mucho menos al ir a repostar. Actualmente, el coste de adquisición de los vehículos es superior al de un diesel. El mantenimiento resulta ligeramente superior y el coste en el apartado de combustible se rebaja en cerca de un 40 por ciento. Eso sí, tenemos que conformarnos con unas potencias máximas que nos relegan dos décadas atrás.

Estamos en un Scania Serie P pensado para el reparto diario. Es decir, que viajamos en la cabina más pequeña de la marca, con sólo dos escalones y que por tanto facilita los continuos accesos al habitáculo propios de cualquier ruta de reparto. Lo cierto es que la cabina cuenta con el cuadro básico y salvo una carpeta en la pared trasera y unos colgadores para la ropa no se ha optado por ninguna otra floritura en el equipamiento. Sin embargo el confort no es en absoluto malo, equipamos suspensión neumática y encima el motor a gas nos ofrece un funcionamiento silencioso. Conducimos ayudados por la caja automática Allison, estupenda para este cometido pero que sería redonda en caso de equipar además retarder, dada la escasa retención de los motores a gas. Además el control de velocidad de crucero, se maneja desde el centro del volante, también nos ayuda en tramos como los de la M40 madrileña, aunque al andar entre polígonos y centros comerciales el tráfico no nos permite aprovecharlo durante demasiados minutos seguidos.
Si la maniobrabilidad de nuestras zonas de carga y descarga nos lo permite, recomendamos por poco más optar por la cabina de la serie P de longitud intermedia, que nos facilita colocar mejor la impedimenta propia del conductor e incluso disponer de una litera plegable por si algún día se nos complica la ruta. Sinó, pues debemos admitir que la cabina más estrecha de la marca a un conductor de casi 1,9 metros y fuerte constitución nos ha permitido situarnos confortablemente frente al volante, sin posiciones forzadas. Otro detalle que contribuye en buena medida a facilitarnos la vida es el tercer eje direccional. Con casi 11 metros de camión giramos sin problemas y la verdad es que nos movemos ágilmente maniobrando por los polígonos de la M40.

Económico y práctico

Al volante de este Scania Serie P, cargado parcialmente de modo que nuestro peso durante la prueba fue de poco más de 17 toneladas, hemos recorrido 53 kilómetros. Todos ellos entrando y saliendo continuamente de polígonos industriales alrededor de la M40 y partiendo del Centro de Transportes de Madrid, donde Gas Natural cuenta con una estación de servicio para vehículos alimentados por GNC.

Sólo hemos necesitado dar gas a fondo y apurar las prestaciones en un par de incorporaciones apuradas a la autovía. Por lo demás el camión se ha comportado estuepndamente, aunque eso sí, pese a que legalmente sea posible enganchar un remolque y llevar el peso total del conjunto hasta las 40 toneladas, nos queda claro que esta mecánica de 9,3 litros alimentada por gas donde se encuentra cómoda y puede rendir satisfactoriamente es en estos tonelajes intermedios, siendo los chasis de 18 y 26 toneladas de MMA su mejor ámbito de trabajo. Con nuestro tres ejes hemos completado nuestra ruta urbana y repostado 14,98 kilogramos de gas, por los que hemos pagado poco más de 15 euros. Eso significaría que en una jornada completa recorriendo 300 kilómetros nos costaría cerca de 90 euros en combustible. Una cifra del todo razonable y que explica las buenas expectativas, mientras los gobiernos no decidan castigar el nuevo combustible con su habitual voracidad fiscal, para el desarrollo de las mecánicas alimentadas por gas natural, sea como en este caso GNC o en estado líquido GNL.

Además de un rígido de reparto a gas este Scania Serie P es también un vehículo de las Series Complet. Es decir uno de los camiones cuya carrocería se ha adquirido directamente a Scania, de modo que se nos sirve el camión ya totalmente completo, lo cual en este caso incluye el furgón frigorífico de 8,8 metros de longitud, equipo de frío bizona Thermoking y un elevador hidráulico del fabricante Zepro para 2.000 kilogramos de capacidad de elevación. Todo ello puede entrar en la garantía y operación financiera del propio camión y además se acorta el período de entrega del vehículo. El concepto Complet se ha iniciado en el mercado español por los modelos para la distribución de carga refrigerada, pero poco a poco se espera que se extienda a otros tipos de carrocería.

scaniagas2

?>